Imagen tomada de la Red
La importancia de los ojos,
ahora más que nunca
Jamás he visto unos ojos
que, al dibujar su sonrisa,
dijeran como los tuyos
cosas tan bellas y lindas;
hay en tus ojos, la noche;
hay en tus ojos, el día;
hay en tus ojos, aurora
de amanecer y de brisa;
de esperanzas encontradas;
de ilusiones prometidas;
de clamores que pregonan
que, al mirar, reparten
vida.
Son tus ojos la antesala
de una alegre melodía
que al mirarlos nos empeña
en una aventura limpia;
la que enmarca el azabache
del fondo de tus pupilas
que cuando abren su cancela
regalando su sonrisa,
nos otorgan dadivosas
con generosa primicia
un mundo desconocido
de impensadas maravillas.
Son tus ojos los umbrales
que guardan la celosía
de tu reír armonioso
de tu gracia cuando miras,
que doblegan por su fuerza,
que apasionan, que cautivan,
que despiertan, que
adormecen
que libertan y dominan;
que nos brindan ese mundo
de fulgor y fantasía
que se desprende del iris
de tus radiantes pupilas.
Son tus ojos un romance
de versos de dulce rima,
de acordes armoniosos,
con arpegios que matizan
en su mirar atrevido,
una alegre sinfonía
de rosas de mil colores,
de promesas y poesía;
de placidez y suspiros;
de luceros que iluminan
una feliz amalgama
de bellos sueños y rimas.
Son tus ojos un remanso
donde su paz nos convida
a disfrutar de su calma,
a revivir tu carisma
y a desear ser poeta
para cantar tu sonrisa,
para decir que en tus ojos
hay la noche y hay el día,
una esperanza encontrada,
una ilusión revivida
y un número de promesas
engarzadas en tu risa.