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La editora de este maravilloso blog no publica en fin de semana, ni visita, ni responde; descansa y deja descansar.

18 de junio de 2012

Libros


Algunos libros tienen un título tan largo que ya no tengo que abrirlo, pero ocurre que si me decido me llevo la sorpresa de que no tiene nada que ver lo de fuera con lo de dentro. Esto merece capitulo aparte, sucede con muchas personas y con demasiadas cosas.
Creo que eligen el título antes que la historia que van a escribir, y claro es tan raro el nombre escogido que no saben donde colocarlo dentro de la novela, y acaban poniéndolo como el nombre un Pub, la leyenda en una camiseta de alguien que cruza la calle, en el comentario de dos personas sentadas en un banco.
Antes el titulo era una referencia a lo que podríamos encontrar en las páginas del libro, hoy también, solo que tenemos que saber que encontraremos todo lo contrario.

2 comentarios:

  1. Es que no es fácil dar con un buen título.
    De hecho, un escritor tan famosos como Hemingway era famoso por lo petardo que era a la hora de buscar títulos para sus propias obras, y sus editores sudaban tinta china para hacerle cambiar de opinión, porque encima al tío le encantaban sus ideas (de hecho, cuesta trabajo encontrar por ahí a un escritor más encantado de haberse conocido que Hemingway).

    En el apartado de títulos lamentables, me quedo con los de la petardesca trilogía de Stieg Larson.

    Entre los que más me gustan, me voy a quedar con el que un genio anónimo tradujo el título de la película de John Ford "The Searchers", sustituyendo el soso y literal "Los Buscadores" por esa virguería que es "Centauros del Desierto".

    Siempre me he preguntado a quién se le ocurriría.

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    Respuestas
    1. Opino que muchas veces un mal título esconde una mala novela, y que lo difícil no es encontrar un buen título sino escribir un buen relato, novela, ensayo etc.
      Algunos títulos, son un poema, por si solos: “O llevaras luto por mí” de Dominique Lapierre.
      Los hay raros: “Lo es” de Frank McCourt, descriptivos: “Madrid de corte a checa” de Agustín de Foxá.
      Bueno hay muchos libros, muchos títulos, y últimamente muy poca imaginación.
      Saltos y brincos Ester
      P.D. No se a quien se le ocurrió cambiar, para mejorar, el título de la película.

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