Estoy teniendo problemas para dejar mi comentario en varios blogs, el recaptcha vuelve a incordiar.
Marcos, seguidor y caballero dejó hace unos días, lo hace a diario, un
comentario, me pareció que merecía algo más que quedarse escondido entre todos
los demás, y pensé en publicarlo en una entrada, y si no lo he hecho antes ha
sido por un tema de fechas y celebraciones.
Ese día hablábamos de olores, y hubo
fragancias agradables, frases geniales y recuerdos entrañables.
El comentario por tener tiene hasta titulo y un
aroma cercano:
Olor a vida.
Las dos manos estaban fundidas en una sola, no podría decirse quien estaba reconfortando al otro. Los dos estábamos aterrados con ese miedo que es inevitable cuando no tienes ni idea de lo que te espera. Todos mis sentidos estaban alerta, quizá por ello fue el olfato el primero en detectar las extrañas circunstancias. Nunca había estado en un quirófano, es un olor inconfundible. Es un olor a limpio con medicamento. Puede ser a veces un olor a muerte, pero afortunadamente ahora los motivos eran totalmente opuestos. La vista mandaba mensajes a mi cerebro sin parar. Yo revestido estrafalariamente de verde, dos jovencísimas enfermeras pululaban sin saber yo que hacían. Una monja con gran seguridad dirigía el concierto, mientras que nuestro amigo Aurelio llevaba la batuta a los pies de mi esposa con gran seguridad, contando no se qué chiste, quizá para tranquilizarme. “Ahora” dijo y al mismo segundo la monja inyectaba al gotero en el mismo momento de la expulsión. Mari quedó dormida al instante, y un grito de vida surgió de la gargantita de mi primera hija. “Es niña” dijo Aurelio. Pues en aquellos tiempos era una incógnita hasta ese mismo momento, por lo que el ajuar del bebe siempre llevaba prendas blancas, neutras de sexo. Mi atención fue ya toda para mi hija, que se estremecía sobre una placa de acero mientras una bombilla de infrarrojos la engañaba con un calor supuestamente materno. No puedo recordar que pensé, quizá en nada, solo miraba aquella preciosidad sin comprender realmente que allí estaba el milagro de la vida, la continuidad de la estirpe humana por los siglos de los siglos. Tres veces más tuve la dicha de pasar por el mismo trance, y ninguno tuvo mayor ni menor importancia que el anterior. Es el espectáculo más tremendo y bonito que puedas experimentar. En una semiinconsciencia Salí quitándome los extraños atuendos. Solo entonces dejé de percibir aquel “olor de vida”.
Las dos manos estaban fundidas en una sola, no podría decirse quien estaba reconfortando al otro. Los dos estábamos aterrados con ese miedo que es inevitable cuando no tienes ni idea de lo que te espera. Todos mis sentidos estaban alerta, quizá por ello fue el olfato el primero en detectar las extrañas circunstancias. Nunca había estado en un quirófano, es un olor inconfundible. Es un olor a limpio con medicamento. Puede ser a veces un olor a muerte, pero afortunadamente ahora los motivos eran totalmente opuestos. La vista mandaba mensajes a mi cerebro sin parar. Yo revestido estrafalariamente de verde, dos jovencísimas enfermeras pululaban sin saber yo que hacían. Una monja con gran seguridad dirigía el concierto, mientras que nuestro amigo Aurelio llevaba la batuta a los pies de mi esposa con gran seguridad, contando no se qué chiste, quizá para tranquilizarme. “Ahora” dijo y al mismo segundo la monja inyectaba al gotero en el mismo momento de la expulsión. Mari quedó dormida al instante, y un grito de vida surgió de la gargantita de mi primera hija. “Es niña” dijo Aurelio. Pues en aquellos tiempos era una incógnita hasta ese mismo momento, por lo que el ajuar del bebe siempre llevaba prendas blancas, neutras de sexo. Mi atención fue ya toda para mi hija, que se estremecía sobre una placa de acero mientras una bombilla de infrarrojos la engañaba con un calor supuestamente materno. No puedo recordar que pensé, quizá en nada, solo miraba aquella preciosidad sin comprender realmente que allí estaba el milagro de la vida, la continuidad de la estirpe humana por los siglos de los siglos. Tres veces más tuve la dicha de pasar por el mismo trance, y ninguno tuvo mayor ni menor importancia que el anterior. Es el espectáculo más tremendo y bonito que puedas experimentar. En una semiinconsciencia Salí quitándome los extraños atuendos. Solo entonces dejé de percibir aquel “olor de vida”.
Gracias Marcos
Un hermosísimo comentario-relato que desprende olor a vida. Sensaciones, sentimientos, emociones ligadas y una experiencia única, por más veces que se viva. Felicitaciones al caballero y gracias por compartirlas.
ResponderEliminarBsosssss
Me pareció oportuno no guardármelo, a veces no leemos todos los comentarios cuando vamos a los blogs (no hay tiempo suficiente). Saltibrincos
EliminarHermoso comentario, muy hermoso. Besicos.
ResponderEliminarPor eso lo he repetido, me alegro que te guste. Un abrazo
EliminarImpresionante, Ester. A mi me erizó la piel.
ResponderEliminarYo lo leí aquí en tu blog en su día, y aprovechando un comentario suyo en mi blog hace unos días, le felicité porque pensé como tú, que lo merecía.
Gracias a ti por ahora hacer este post.
¡Besos de miércoles!
No siempre podemos leer los demás comentarios, y este no podía perderse. Yo tambien intento leérmelos todos, Saltibrincos
EliminarHola Ester. Enhorabuena a Msrcos y a ti por compartirlo. Es pteciodo, muy bello y de una sensibilidad muy humana.
ResponderEliminarOlor a vida. Precioso.
Abrazos
Los comentarios que recibo son mas importantes que la entrada que los ocasiona. Un abrazo
EliminarPedón quise decir Marcos, precioso. Con el móvil las letras bailan
ResponderEliminarCon el móvil se cometen hasta faltas de ortografía y una vez enviado ya no hay marcha atrás, nos ocurre a todos. Otro abrazo
EliminarQué maravilla! Describe a la perfección, y a través del sentido del olfato, un instante de felicidad plena...
ResponderEliminarMe perdí en su momento el comentario, desde luego se merece un post, gracias por traerlo... La felicidad se expande al compartirla...
Un abrazo
Muchos comentarios lo merecen, pero fuera de contexto no son lo mismo um abrazo
EliminarAbsoluta fragancia de sentimientos reales y exquisitos, con sencilla naturalidad y ¡que arte tiene la sencillez¡, es el más difícil¡
ResponderEliminarMuchas gracias por llevarme de la mano a conocerle y por supuesto , quedarme en su hogar.
Es tan agradable el aroma de vida¡¡¡
Saltos y Brincos
tRamos
Me alegro, con estas entradas nos vamos conociendo todos. Saltibrincos
EliminarMuy bonito el relato, pero como uno ya ha pasado por esos olores, también me acuerdo de otros menos agradables, por ejemplo cuando mis hijas comenzaron a fumar, o a beber, o cuando venían oliendo a zorros por haber estado con los amigos en una discoteca.
ResponderEliminarSolo decir, que recuerde bien esos olores, vendrán otros menos agradables, también he de manifestar que aquellas hijas me trajeron nietos con los que he vuelto a recordarlos aquellos olores a limpio a bebe y a niño/a que te abraza y te dice, te quiero abuelito.
Saludos
La vida es un círculo. Mira la parte buena. Abrazos
EliminarOlor a vida. Puede haber fragancia más hermosa?
ResponderEliminarUn comentario bello, todo un instante debida en palabras, y tú siempre atenta para darle su lugar en tu casa de letras. Todo un detalle. Felicitación a Marcos, y por supuesto ti.
Un abrazo.
Vuestros comentarios son lo mejor del blog, pero no les puedo dar lugar especial a todos. Abrazos agradecidos
EliminarQuerida amiga: Me he quedado muy sorprendido de tu entrada pues la verdad no me gustan demasiado los protagonismos, que me dejan un poco cohibido. Confieso que no fue un comentario improvisado, forma parte de algo que escribí para mi mismo, y que titulé "Los cuatro olores de mi vida". Cuando ví tu entrada me vino a la mente y pensé compartirlo con vosotros, para mi el olor que mas me ha marcado, no tiene mas importancia. Un beso muy fuerte.
ResponderEliminarMe gustó lo que dijiste y ya ves que otros también lo pensaron. Las cosas buenas hay que compartirlas. gracias y abrazos
EliminarEster, recuerdo haber leído el comentario de Marcos...Todo un homenaje al nacimiento de la vida, que me emocionó...Me parece muy justo y solidario que lo destaques y nos lo recuerdes, amiga...En los comentarios dejamos parte de nuestra alma, quizá son tan importantes como nuestros posts, siempre lo he pensado así.
ResponderEliminarLos comentarios dan sentido a la blogosfera, compartimos,aprendemos y crecemos juntos...Mi felicitación por tu mente y tu corazón, que saben destacar lo fundamental y también a Marcos por su entrega generosa en el comentario. Mi abrazo grande para los dos.
M.Jesús
Gracias a ti, tus comentarios siempre son cariñosos. Siempre digo lo que ti, los comentarios son además de un aplauso un acicate. Abrazos y cariño
EliminarPrecioso, Ester has hecho muy bien en darle esta distinción de entrada, gracias. El olor a vida es el olor más extraordinario que puede haber. Un abrazo
ResponderEliminarLeyendo que a todos os ha gustado creo que haberlo publicado ha sido bueno. Saltibrincos
EliminarLo leí en su día porque los suelo leer todos, y me encantó. Olor a vida nueva, a sangre, a grasa, a llanto. Imposible olvidarlo.
ResponderEliminarAlgunos los leéis todos pero otros no y creí que este había que destacarlo. Un abrazo
EliminarMARAVILLOSO "olor a vida".
ResponderEliminarSabes lo que pensé ? todo lo que nos perdimos. Mi generación no permitía que
los papás entraran al quirófano . ¡qué pena!
Mil besos
Si que lo fue, los padres ahora valoran más a la mujer y disfrutan de ser testigos del milagro de la vida. Abrazos
EliminarPrecioso el comentario de Marcos y hermoso el que tu lo hayas reproducido para recordarlo a todos los demás, en mi caso no puede entrar en el quirógrafo, mas te digo, como mi mujer trabajaba tenía la cartilla de la seguridad social solamente a su nombre y le insinuaron que que podía hacer una mujer soltera con un niño.
ResponderEliminarSe lo dijeron en los dos primeros hijos, era la época de los "robos" de hijos por parte de monjas y médicos, hubo suerte, mi mujer les convenció que su marido estaba en la sala de espera.
Un abrazo
Aquellos tiempos han pasado. Ahora los padres pueden disfrutar del momento más maravilloso de la vida. Un abrazo
EliminarEl "olor a vida" sin duda es unico y especial..
ResponderEliminarbeso
Estamos de acuerdo, a veces tardamos en olerlo, pero los milagros existen. Un abrazo
EliminarHola Ester, gracias por pasar por mi blog, hace mucho que no publico, he estado un poco liada y no he tenido tiempo, pero ya estoy de vuelta.
ResponderEliminarBello comentario, como bien dices a veces no leemos todos los comentarios, por falta de tiempo,gracias por compartirlo.
Un abrazo
Abrazos para ti por ocupar tu tiempo en venir a visitarme. Un beso
Eliminarme alegro que hayas publicado el comentario de Marco, así todos hemos podido experimentar ese olor a vida que nos ha inundado al leerlo.
ResponderEliminarGracias a ambos.
Merecía la pena destacarlo, todos hemos ganado. Abrazo
EliminarHermoso !
ResponderEliminarTodos lo habremos experimentado pero él lo ha escrito mejor, imposible!
Buen detalle Ester! ♥
Abrazo :D
Eso pensé, lo ha descrito perfectamente. Un saltibrinco
EliminarMuy tierno. Gracias Marcos
ResponderEliminarCelebro que te haya gustado. Abrazo
EliminarEs verdad que la vida es un largo camino de olores, que nos trae en más de una ocasión recuerdos , cuando pasado el tiempo nos llega un aroma de la infancia o de un instante único. Bellas letras.
ResponderEliminarBesos
Aquellos olores que de vez en cuando se hacen presentes y nos devuelven a la niñez. Abrazos
EliminarLo leí en su día, mejor dicho en la noche y me encantó. Se me olvidó comentártelo y lo tenía previsto. Es el olor más maravilloso que existe y es una suerte que ahora los padres puedan olerlo, antes no pasaban al paritorio y se quedaban en la sala de espera . Recuerdo las palabras de un papá dando vueltas, nos miró y nos dijo:" me siento como un tonto impotente", nos reímos pero tenía razón aquel buen hombre.
ResponderEliminarFelicitaciones a Marcos por haber compartido el olor más hermoso de la vida.
Y a ti un abrazo con perfume de violetas.
Estar cerca de donde empieza la vida debe ser maravilloso, Marcos lo relató muy bonito y yo lo destaqué sin avisarle, a el no le gusta ser "famoso" pero creo que debe estar contento de lo mucho que nos ha gustado a todos. Un abrazo de miércoles, la semana avanza
EliminarGenial ese comentario, sobre todo por lo bien que nos acerca al maravilloso comienzo de una nueva vida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Todos hemos estado de acuerdo, fue un buen comentario. Muchas gracias Rafael.
EliminarMaravillosa entrada de vida !!! besos
ResponderEliminarDe verdad que sí, fue un olor tan contagioso en la alegría que a todos nos ha encantado. Saltibrincos
EliminarPrecioso sin duda
ResponderEliminarLa importancia de la vida, de ese olor que permanece. Un abrazo
EliminarEs precioso el relato y tú, con tu gran generosidad hacia tus seguidores y amigos.
ResponderEliminarMe encanta tu manera de ser.
Otro beso y un abrazo grande!!
Muchas gracias, tu sabes que los blogs sin seguidores, sin amigos se apagan como las velas, cuando algo me gusta lo digo y así lo sabe mas gente. Un abrazo enorme
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