Seguimos con Sindel.
Semana 14 de 53, Jardín
Hoy voy a presumir de jardín, pido disculpas por la
extensión pero es que ya no se puede resumir mas sin dejarlo en un parterre.
Generalife de Granada, es la única muestra que nos queda para hacernos una
idea aproximada de cómo eran aquellas mansiones en las que el espíritu árabe se
dejaba arrastrar por su instinto constructivo, improvisador y apegado a la
sensualidad.
Generalife significa jardín
del arquitecto. En sus orígenes debió ser una mansión de recreo de un arquitecto,
por lo que apunta la etimología, y más tarde pasó al patrimonio real, sufriendo
las remodelaciones que se aprecian en su conjunto. También se dicen que Generalife significa
jardín del paraíso, mucho más romántico.
Se encuentra sobre la colina llamada
Cerro del Sol, colindante con la de la Alhambra , y fuera de las murallas, fue finca de
recreo de los sultanes nazaríes pero también utilizada para su explotación
agrícola, llegó a tener cuatro huertas y acogía la residencia de un visir que
la llamó Casa Real de la
Felicidad.
El Generalife está formado
por un conjunto de edificaciones, patios y amplios jardines, donde cada rincón
depara una novedad y una agradable sorpresa para la vista que lo convierten en
uno de los mayores atractivos de la ciudad de Granada, y, junto con la Alhambra , en uno de los
conjuntos arquitectónicos más destacables de la arquitectura civil.
Algunas dependencias del
Generalife de Granada son construcciones parasitarias, obra de manos
cristianas, como la galería de poniente y el edificio que cierra a oriente, y
el cuerpo de dos plantas que se levanta en el testero septentrional.
Algo semejante sucede con las
partes ajardinadas, con una diferencia, aquí lo añadido mejora lo antiguo y no
lo deforma, como ocurre en el Patio de la Acequia. Este Patio
es el verdadero corazón de la
Huerta del Generalife. Aquí la sensualidad arábiga se
adelgaza y espiritualiza.
Cuenta la leyenda que el ciprés, plantado en este patio del, fue testigo mudo de los amores furtivos de Morayma, esposa del rey Boabdil, y un apuesto caballero de la tribu de los Abencerrajes.
Cuenta la leyenda que el ciprés, plantado en este patio del, fue testigo mudo de los amores furtivos de Morayma, esposa del rey Boabdil, y un apuesto caballero de la tribu de los Abencerrajes.
Lo más bonito y llamativo de
los jardines del Generalife son el agua y sus continuos juegos con la luz, el
sonido y las plantas. (Reeditado sin
revisar)