Ventanas si te asomas a la mía veras la cama deshecha, las
sabanas arrugadas, el camisón en el suelo, los secretos en la mecedora, los
aromas por los visillos…
Si me asomo desde la mía la calle desierta, los ruidos
lejanos, la soledad pegada al muro, el hedor arrastrándose por la acera, las
farolas a medio gas, nadie caminando.
Después, otro después, mismas ventanas, aromas ajenos,
tristeza solitaria, un baúl abierto, cartas sin leer, visillos amarillentos,
ninguna promesa permanece, una fachada vieja, árboles talados, maquinas
abriendo el infierno.
¿Y el espejo?- un lugar donde el tempo se detiene

Los espejos siempre me han parecido fascinantes y han sido un recurso muy literario, casi mágico.
ResponderEliminarNos devuelven nuestra imagen pero llega el día en que nos devuelven una cara extraña, como si no nos reconocieramos.....es algo que he comentado con varias personas octogenarias de mi familia y como curiosidad quería compartirlo.
Besitos
Tengo en mi casa el espejo en el que se afeitaba mi abuelo (el mejor del mundo) y me parece verlo de pie usando la navaja con la cara enjabonada.
EliminarLos espejos guardan secretos. Un abrazo grande
Me has recordado a Martí Gaite, mujer ventanera por excelencia. Las ventanas me encantan y las veo desde otro prisma. Los espejos nunca me han gustado. Bonita entrada, ester. Muy poética. Abrazos
ResponderEliminarQuiso y supo hablar de ventanas,, otro que tambien les dio pábulo fue Antonio Muñoz Molina. Me gustan las ventanas y los espejos. Unos abrazos que tambien me gustan
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