En cierta ocasión llevaron a Valle Inclán, ante el juez
por un alboroto que había armado.
El juez le pidió el nombre y él contestó, acto seguido el juez le preguntó por
su oficio y Valle Inclán contestó: escritor.
Pregunta el juez de nuevo: ¿sabe leer y escribir?
A lo que el dramaturgo contesta: no
A lo que el juez dice: me extraña la respuesta.
Valle Inclán contestó: "más me extraña a mí la pregunta."
“. . . es un espacio amplio y abierto, con miradas y guiños a lo difuso y a lo infuso con ironía y con cariño, sin límites ni prejuicios, con textos que tienden a la brevedad, que narran momentos ficticios, que ni es un diario ni tiene ideario. . .”
La editora de este maravilloso blog no publica en fin de semana, ni visita, ni responde; descansa y deja descansar.
29 de julio de 2025
“El orgullo, el más fatal de los consejeros humanos.” …
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El juez, que no deja de ser un funcionario, se limitó a proceder con un protocolo de interrogatorio, sin tener en cuenta que la respuesta anterior ya incluía la respuesta. Típico comportamiento, de quien se limita actuar sin pensar.
ResponderEliminarAbrazo.
Un dia me dijeron que un notario era alguien que había estudiado leyes, y a falta de otras posibilidades siguió estudiando un juez es alguien que cargado de razón no puede cargar con lógica. Un abrazo
EliminarUn notario tiene que demostrar que es un experto en todas las facetas de las leyes, menos la penal, creo. El juez lo tiene algo más fácil, teóricamente, también hay más convocatorias y, por lo tanto, plazas a cubrir, con remuneraciones menores. Lo de la razón y la lógica, no se contempla en la aplicación de las leyes.
EliminarUn abrazo.
Lo tiene bien empleado el juez. Un beso
ResponderEliminarPreguntan sin escuchar las respuestas y lo hace mucha gente. Abrazo
EliminarDon Ramon parece un cachondo mental pero esque hay preguntas quee.....
ResponderEliminarQue arte el de D. Ramón para dar la respuesta justa en el momento adecuado.
ResponderEliminarDicen que la vanidad es el pecado favorito del demonio....
Besitos
Está claro que el que no sabía leer y escribir era el juez.
ResponderEliminarUn abrazo.