Mi hermana pegó las
fichas al tablero
Pensaba (ya he descansado) que podríamos hablar sobre las
travesuras infantiles, las nuestras, la que nos costó un castigo, aquella que
aun comentan en las reuniones familiares, la que hicimos en grupo, a los
vecinos, en el cole…
¿Hasta qué edad estáis dispuestos a llegar? Porque he dicho
infantiles, pero si son graciosas ampliamos el rango.
Tenemos todo el fin de semana para revisar los recuerdos... y disfrutar de esta imagen
Una imagen encantadora, ojos
expresivos que recuerdan a una niña traviesa a la que le gustan los bombones.
Gracias por el préstamo.
Yo, si iba acompañada, tocaba un timbre de alguna casa, y salía pitando, (poco glamour me temo) :-)
ResponderEliminarUn abrazo, y buen finde
¿Y no atabais los dos pomos de las puertas y así no podían abrir jeje. y Blogger sigue haciendo travesuras, he resacata tu comentario de la carpeta de spam. Un abrazo
EliminarTengo una, estaba aprendiendo a escribir, no recuerdo la edad, pero no más de 5 años, lo hacía en un libro tocho para un niño de esa edad "El Quijote", copio y cometo una falta, el profesor me corrige y yo le digo que estaba bien, que era como estaba en el libro, a mí solo se me ocurre, corregir de la manera que un niños puede hacer lo que pone el libro; en aquella época se decía y se cumplía, "la letra con sangre entra", por lo que me dieron una buena tunda y llamaron a mis padres. y aún recuerdo esa historia y el libro obra aún en mi poder.
ResponderEliminarSaludos
También hubiera defendido mi verdad, y si era un ejemplar sin corregir a moderno antiguamente las v y las h no se parecían a las actuales. Lo malo es la tunda eso deja malos recuerdos. Un abrazo
EliminarCuando era niña mi padre trabajaba de contable en una empresa de mármoles de un polígono industrial y algunas tardes cogía la bicicleta y pasaba por la nave para verle. En una ocasión, las puertas estaban abiertas pero no había nadie ni en la oficina ni en la zona de trabajo y sobre una mesa de metal vi un charco de grasa negra, cogí una especie de palo y con la grasa hice la silueta de un gato sobre la pared y luego la rellene. Me pareció muy artistico y me fui satisfecha, pero al día siguiente mi padre me dijo que se había liado una buena en la marmoleria porque un trabajador se habia manchado con grasa debido a un bromista que les había hecho una faena. Callé y nunca confesé, rezando para que no me descubriesen hasta que la travesura se olvidó, buf que apuro pasé.
ResponderEliminarEs posible que mi padre supiese que fui yo y lo dejase correr, el caso es que nunca se lo he preguntado.
Buen fin de semana, besos🌸
Que suerte que no había cámaras como hay ahora te hubieran descubierto, fue una travesura, pero casi disculpable, la tentación inevitable jeje. Abrazos
EliminarJusto ahora publiqué un recuerdo que a veces me acompaña y me desestabiliza.
ResponderEliminarCuando era niña y tenía que apagar la luz me preparaba y sincronizaba dedo y piernas, apagaba y me lanzaba en picada hasta la cama.
De allí vengo, no se me actualizó tu entrada y si no lo comentas me la pierdo, nunca tuve miedo pero si recuerdo a mi abuela que era miedosa. Un abrazote
EliminarPues la verdad es que me cuesta, creo que fui bastante tranquila en ese sentido, pero sí me acuerdo que alguna jugarreta a mi hermana menor le hice, jajaja
ResponderEliminarBesitos.
En general las travesuras de pequeños no eran muy tremendas pero he vivido algunas divertidas, entre hermanos era común y las devolvían, Abrazos
EliminarLa primera que se me he venido a la cabeza ha sido una de cuando era ya mayor. Fue una inocentada. La publiqué hace tiempo en el blog. Si tienes ganas de leerla, te pongo el enlace: Inocente inocentada
ResponderEliminarUn abrazo.
He clicado y si, es genial, al empezar a leerla me sonaba y es que la lei en su momento, entonces ya me pareció genial. Abrazos
EliminarAhora venía a pedirte disculpas, Ester. He observado que te puse el mismo enlace en mi comentario a tu entrada del día 28 de diciembre del pasado año. Así soy de original, jajaja.
EliminarPodemos considerarlo una travesura jeje, Que personalmente me ha parecido bien releer algo que ya me gustó
EliminarYo recuerdo una. De siempre he sido muy golosa. Oí a mi padre decirle a mi mamá, que el bombón lo guardaba en la leja de la sala de estar. El bombón era para mi madre, que llevaba días sin ir al baño. Cuando se despistaron, subí a la silla y cogí el bombón y me lo comí. Cuando se dieron cuenta que no estaba, nos preguntaron a las tres pitusas de cinco, seis y siete años, mañas o menos, no recuerdo bien; quien se lo había comido, ninguna, las tres dijimos que no. Mi padre le dijo a mi madre, nada, no seguimos con el interrogatorio, esta noche, nos toca no dormir.
ResponderEliminarMe ha salido un micro con un final chulo. jajaja
Feliz viernes Ester. Un beso
Pero que muy chulo, soy golosa y lo entiendo, los papis seguro que sabían quien era culpable pero callaban. Durante tiempo escondía el chocolate para que mis hijas no me lo quitaran, eso es peor. Abrazos
Eliminarjajajaja... seguro que lo sabían, la mayor siempre era la culpable jajaja
EliminarLos padres lo saben todo. la mayor paga el pato y la pequeña es la mas trasto, suele ser así, por lo que conozco.😉
EliminarHola Ester, como te ha gustado la imagen de mi último post, te la he enviado por correo. Dime si la has recibido, y bien. Un besazo.
EliminarEster, la imagen creo que te la he enviado de forma incorrecta, la he copiado desde blogger...dime cómo te ha llegado. Te la vuelvo a enviar después de que ese correo lo lleves a la basura.Vale? Ya me dices cómo te llegó.
EliminarNo me ha llegado nada, no se a que correo lo has enviado, pero si dices que la has enviado es que me autorizas a usarla, la capturo y ya la tengo, voy a colocarla en la entrada de hoy que estará todo el fin de seman, luego me la guardo. Gracias!!!!!
EliminarLa que te mandé lleva una dedicatoria para ti. He buscado en correos enviados y sale, pero no lo hice bien, quizás por ello no lo has recibido, la envíe al correo que sale en Gmail. Besos
EliminarEster, ya sé que los fines no comentas ni escribes. Pero en mi blog tienes la imagen que realmente era para ti, con su dedicatoria. No se como has hecho para llevarte la otra, pero si pudiste, llévate esta que es para ti. Un besazo.
EliminarCambiada, ahora con tu dedicatoria y ya está en la vitrina de "autodidactabis" Gracias
EliminarMuy buenos dias, asi de repente la trastada de recuerdo es que tuve una época que la repetía noche sí y noche no, fue sobre los ocho o nueve años que esperaba que se durmieran en casa y entonces me levantaba iba al cuarto de mis hermanos , que dormían juntos en la misma cama, abría por los pies y me metía con ellos, el motivo tenia miedo.
ResponderEliminarHasta que alguno de los dos se daba cuenta y me echaban con cajas destempladas jajajaja,
Feliz viernes, besotes muchos
Jope! vaya hermanos más poco considerados jeje, una pena si te pillaban pronto y tenias que volver a tu cuarto. Pero que bonito tener hermanos es el mejor invento de la biología. Un abrazo
EliminarLa que más se comenta es una que me hicieron a mi, creo que cuando tenía 8 meses o algo así...Estábamos de vacaciones en un piso en la playa.. y se quedó a nuestro cargo (mis dos hermanos de 4 y 5 años y yo de 8 meses más menos) mi tía Pita (la prima de mi madre que la llamamos Tía Pita)... y no sé que estaría haciendo mi tía Pita (que tendría unos 30 años), pero nos dejó sin supervisión por lo visto a los 3... Y resulta que mis hermanos.. pensaron que yo estaba muy blanca para ir a la playa (hasta bien mayor me bañaba con camiseta porque era blanco nuclear, como mi hija ahora), bueno pues pensaron que estaba muy blanca y decidieron darme algún producto.. no sé si creyeron que era protector solar, o es que pensaron que mejor era estar oscurita..... y me dieron de arriba a abajo Betún....
ResponderEliminarjajajaja ¡qué bueno! seguro que tu tía Pita no sabría que disculpa poner a tus padres al verte de rey mago negro al regresar, se ve que de bebé eras una santita ; )
EliminarHabría que patentarlo jajaja. Si le ponemos un poco de perfume puede funcionar. Que buena anecdota.
EliminarLa verdad es que debía ser una niña muy buenina, porque no recuerdo haber hecho ninguna trastada reseñable, pero me he reído mucho leyendo las vuestras .. lo de tu hermana ESTER, tela! Seguro que con toda su buena intención lo que pretendió es que no se cayeran las fichas. Qué cosas más peregrinas se les ocurre a os niños. Me pasaré este finde algún rato ( si puedo) para disfrutar de las anécdotas que vayáis contando ; )
ResponderEliminarMuchos besos ESTER y feliz finde!
Yo era una pelma y siempre andaba detras de mi madre o mi padre para que jugaran y cuando se cansaban le pasaban el relevo a mi hermana, tuvo poco paciencia y pensó que así ya no daría más la lata. Las hay geniales, cuando los niños son protagonistas el divertimento asegurado. Y si te acuerdas de alguna tuya no dudes en ponerla Un abrazuco
EliminarPues yo la lie bastante jugando a los químicos (que mas bien era cocinillas), lo cierto es que en una bolsa de plástico había puesto un montón de ingredientes entre los que había pimentón, aceite, vinagre y no se cuantos ingredientes mas, pero aquella mezcla era de un color horrible. Una vez terminado pensé como me desharía de aquello, y no se me ocurrió mejor idea que por la puerta trasera de casa tirarlo a la calle, con la mala suerte de que al estallar la dichosa bolsa contra el suelo, en ese momento pasaba una señora toda emperifollada de punta en blanco.
ResponderEliminarNo se que ocurriría después, porque cerré la puerta eche el enorme cerrojo de hierro y salí corriendo para adentro no sin escuchar a lo lejos los improperios de aquella pobre señora en la calle. Pero yo ahora ya estaba en la parte de la casa que daba a la otra calle.
Me has hecho reír imaginando la situación, y pensar en la pobre señora que ni siquiera te pudo echar la bronca jaja
EliminarPues una que aún me recuerdan algunos amigos, de cuando lo expliqué en su día, ya algo mayorcito, pero en edad estudiantil, es esta:
ResponderEliminarEn diversas ocasiones nos llamaban por teléfono, confundiéndonos con una conocida charcutería cercana, para pasarnos algún encargo para llevar a domicilio, tras decir que se equivocaban y recibir las disculpas, la cosa acaba ahí. Pero tras varias semanas de incordio, supongo que por similitud del número, opté por algo más drástico. Un día hice ver que me apuntaba los pedidos, incluso les hice algunas recomendaciones, éramos clientes de lugar, todo hay que decirlo y conocía lo que compraba mi madre, los clientes quedaron encantados de ser tan bien atendidos. Pero no nos llamaron nunca más.
Abrazos.
Esa travesura puso solución a un problema que ya se estaba haciendo pesado, tuviste una buena idea, ahora serviría, si la retocamos un poco, para los de Jazztel. Abrazos
EliminarRecuerdo una compartida con mi hermano, una amiga de mamá estaba de visita y como querían charlar tranquilas nos mandaron a dormir la siesta, aburridos los dos nos pusimos a jugar con una bolsa de talco que había sobre la cómoda, bolsa va y bolsa viene hizo puummm y quedamos blancos nosotros y el ambiente, nuestras colitas coloradas después de la mano de mamá! Un abrazo Ester!
ResponderEliminarUf, debió ser precioso pero muy peligroso y desde luego complicado de recoger. Que pena que algunos juegos acaben mal jajaja. Abrazos
EliminarHOLAAA
ResponderEliminarTengo muchos recuerdos divertidos con mi hermana, ella era la que siempre andaba haciendo cosas, yo era mucho mas tranquila y temerosa a que me fueran a golpear porque lamentablemente me toco esa etapa de mi mamá jeje, pero cuando empece a ir sola a la escuela, lo unico que recuerdo que hacia era correr como forrest gump cuando tocabamos el timbre de algunas casas jajaja
Con el timbre hemos jugado todos, mucho mas divertido que las redes sociales, había que correr para que no te reconocieran, Un abrazo
EliminarSaldrán post maravillosos si los escriben jajaja... yo es que siempre he sido muy muy sosa... No recuerdo la palabra travesura ni por equivocación :)
ResponderEliminarMuy buena niña, genial para los papis, los míos eran mas bromistas que yo y a veces contaban algunas cosas y nosotras las emulábamos. Abrazos
EliminarTenho tantas estórias de quando era criança que aqui não existe espaço para contar nem uma, 😁😁😁
ResponderEliminar.
Fim de semana com Paz e Amor
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Las personas traviesas tiene otras muchas virtudes, son generosas entre otras cosas
EliminarYo siempre fui muy responsable, pero ya estaba mi hermano para liarla y yo para llevarme el sermón por no tenerlo controlado.
ResponderEliminarUn besote.
Porqué será que casi nunca paga el pato el culpable, hay que ver la habilidad que tenemos los traviesos jejeje. Gracias y un abrazo
EliminarEl trasto era mi hermano, yo de tan buena era tonta jajajaja
ResponderEliminarTenía prohibido saltar en la cama de mis padres, pero lo hacía a escondidas hasta que me abrí la ceja y tuvieron que darme 4 puntos... y ya no lo hice más.
Besitos y brincos, nunca mejor dicho.
Una pena lo de los cuatro puntos, yo tampoco dejo que se salte en las camas, pero reconozco que es divertido. Abrazos y sonrisas
EliminarYo no he contado ninguna y lo cierto es que recuerdo varias:
ResponderEliminarEchar tinta china en la pila del agua bendita de la parroquia y todas las damas con la frente tiznada.
Pegar con pegamento una moneda de un duro en la puerta del cole.
Clavar un tapón de corcho en una pata de la silla del profe (casi se la pega)
Me costó un castigo, vaciar las botellitas de esmalte de uñas de mi madre…
Y lo dejo porque voy a tener fama de trasto y no era para tanto
Hola Ester, no recuerdo que travesura había logrado con mis cuatro o cinco años, pero recuerdo que mi madre me arrojó un chancletazo que me dio en la pierna y me dejo la marca y un ardor inolvidable.
ResponderEliminarmariarosa
Esas chanclas de las madres fueron una sistema de educación muy corriente .
Eliminar
ResponderEliminarAntes se usaba mucho por aquí persianas de esparto en verano para proteger del sol ventanas y balcones, si el cabo de la cuerda llegaba a mi altura, solía tirar de ella y tocar los timbres o tirar de la cadenita de la campanilla de las puertas y salir pitando, esconder el borrador de la pizarra de mi aula. En casa no hice demasiadas trastadas, ninguna "gorda", eso sí, el "proyectil de la babucha" de mi madre jamás acertó, los sabía esquivar de rechupete.
Era una buena niña, nadie me desmentirá, soy la única que queda...
¡Qué tiempos!
Saltibrincos completos.
Nunca me tiró la zapatilla, pero si vi tirarsela a otros jeje. Tocar la campanilla era una travesura de estar jugando en la calle (cuando nos dejaban) y que bien lo pasábamos . abrazos
EliminarBuena travesura :-)
ResponderEliminarUn abrazo
era parte de la infancia, creo que todos las haciamos. Un abrazo
EliminarTrastada si pero me la hicieron a mi, claro que...
ResponderEliminarYo ya tenía tres hijos y un día 28 de Diciembre, al ir a entrar al portal de casa, me encuentro a 6 u 8 niños sentados en el suelo, voy a abrir la puerta y la encuentro atada con sedal fino pero muy resistente, entonces fumaba y sin inmutarme saco el mechero y en un instante quemé el sedal y pude abrir... pero no queda ahí la cosa, había oído algo de una moneda pegada al suelo, al bajar de casa, me los vuelvo a encontrar de manera que se veía perfectamente la moneda en el suelo, yo había cogido un formón y un martillo y lógicamente con un par de golpes arranqué la moneda y aún oí decir algo así como ".oder, con tu padre no hay manera, se dirigían a uno de mis hijos.
Un abrazo
Muy listo, chafaste las travesuras de los niños, supongo que ya no te harian ninguna más. Un abrazo
EliminarQué bueno Ester, jaja. Pegar las fichas, ostras, bien pensado, jaja.
ResponderEliminarNo había posibilidad de un "jaque mate" abrazucos
Eliminar¡Hola!
ResponderEliminarDe las travesuras que más recuerdo fue cuando tenía unos 9-10 años. Mi abuelo acumulaba pasto seco para darle a las ovejas y otros animales que tenía; con mi hermano pequeño y unos amigos nos subíamos a esos pastos a jugar porque se cubrían con un gran plástico negro que nos servía para resbalarnos. A mi abuelo obviamente eso no le gustaba nada porque dejábamos el pasto regado por todos lados; un día sin que se diera cuenta nos pusimos a jugar ahí, y ocurrió que nos caímos todos juntos y dejamos el pasto por toooooodos lados, tratamos de llevarlo a su lugar pero fue imposible. Recuerdo que nos escondimos por horas mientras mi abuelo nos buscaba para regañarnos y mi abuela iba tras de él, regañándolo por "no dejarnos jugar" y porque no nos encontraban jajajajaja
Yo tambien hubiera participado, me parece muy divertido jajaja. Las abuelas han sido la salvación de muchos castigos y claro esconderse pasa el tiempo y se olvida el enfado
EliminarEster,
ResponderEliminarEn el pasado, no era fácil convivir con algunos niños y sus juegos podían incluso considerarse crueles, como el corredor polaco, donde el cumpleañero se encontraba entre muchos niños, para recibir palmaditas y golpes en la cabeza.
Pero hoy todo es bullying y el bullying realmente no es divertido. el problema es que actualmente estos niños no sobrevivirían en este mundo donde todo se ve a través del lente de un microscopio.
Un abrazo y aquí en Brasil mañana es el Día de la Madre... Por eso saludo a todas las madres de Brasil y de otros países que también celebran esta fecha el 14 de mayo.
Las travesuras deben ser divertidas. Pues me apunto a felicitar a las madres aunque con un dia de retraso. Abrazos
EliminarAins, me viene a la mente una un poco gorda, estrenaba un abrigo de esos de pata de gallo hablo de unos tres años quizás 4 que tendría yo y alguien tuvo la feliz idea de regalarme un reloj de esos de juguete que se movían las manillas dando a la rueda, en fin como no se veía bien el reloj, tuve la brillante idea de con las tijeras cortar y hacer un hueco en la manga del abrigo para que se viera mejor ya lo demás ........
ResponderEliminarFeliz domingo.
Un Abrazo.
De antonomasia, y sigues vivo jeje. Imagino que te quedaste sin reloj o te compraron un chaleco. Muy bueno y gorda tu travesura. Un abrazo
EliminarAlgunas trastadas pero no muchas, la típica de tocar los timbres de las casas y salir corriendo. Poner pegamento en la silla del profe. De monaguillo nos comíamos las hostias sin consagrar y algún que otro trago del vino dulce… y poco más. Reírnos mucho cuando se iba a dar la comunión, yo solía llevar la patena y mi compañero el cirio y nos reíamos con mucho disimulo y bajando la cabeza para que no se dieran cuenta y todo ello era por las caras que ponían algunas beatas a la hora de comulgar. No he sido de los más traviesos.
ResponderEliminarUn gran abrazo amiga Ester y feliz domingo.
Hablando de la iglesia, he dejado un comentario (en negrita) contando alguna de las mías y cuento que echaba tinta china en la pila de santiguarse. Pero como no he sido monaguillo no me he bebido el vino jaja. Un abrazo
EliminarNo he sido una niña traviesa, algo inquieta sí, pero más maldad que perseguir a las gallinas y arrancarles plumas para hacerme abanicos y escribir con barro, no he llegado. Además, las gallinas nunca se me echaron encima, de modo que intuyo que tampoco les molestaba mucho que perdieran una pluma :-)
ResponderEliminarUn besazo y feliz domingo.
"No he sido una niña traviesa" pero le arrancabas las plumas a las gallinas jejeje, la idea de hacerlo no por maldad sino por creatividad me paree genial. Abrazos
EliminarUn placer, Ester. Me gusta la idea. Buscaré :)
ResponderEliminarQue tengas bello domingo 🏙
Gracias, ya es lunes, ayer domingo no me conecte. Abrazos y buena semana
EliminarJa ja ja... segun me contó mi madre, mi trastada mayor fue a los dos años y poco. Como -de momento- era yo sola, para que no me aburriera alguien me regaló un precioso gatito, dócil que acudía a mi cuna cuando veía a mi madre abrir la luz o el balcón para despertarme y no se movía de mis pies ni saltaba al suelo, hasta que yo ya estaba sobre la alfombra. Pero el gatito creció. Y, por lo que me contó, comencé a protestar de que le crecía demasiado el rabo. Tal vez me molestara con él, no sé. Y un día mi madre entró corriendo a la salita al oirlo maullar con gran desespero, viendo al gato dar vueltas tan aprisa que solo distinguió unas tijeras rodando como un tiovivo. Pero no estaban incrustadas en el rabo, no. No había atinado, y se quedaron trabadas en una oreja. Entonces decidió que mejor sería desprenderse del gato. Y mi padre, metido en un saco, lo sacó fuera de la ciudad. Pero el gato volvió a casa solo. Así que, en la segunda intentona se lo llevó más lejos dando un gran rodeo a la vuelta. Y así acabó. No pude cortarle la cola.
ResponderEliminarPobre gato, en general los animales son pacientes con los niños pero los niños tienen ideas ... como la tuya jajaja. Y sin gato y supongo que sin tijeras te quedaste. Gracias por compartir y un abrazuco
EliminarQuizá la que más recuerdo y que me arrepentí luego, fue en clase de filosofía, luego ya no era tan niña, teníamos una profesora teresiana licenciada que no paraba de hablar y de toquetear lo que podía. Yo estaba en una de las primeras filas y siempre se colocaba detrás de mí pupitre con la manía de coger mi boli mientras explicaba, lo sobaba bien y más de una vez se lo llevó, ya me cansé un día y se me ocurrió deshacer unas tizas y poner el polvillo en la hendidura donde se ponían los bolígrafos.
ResponderEliminarEmpezó la clase y allá que fue a por mí boli todo manchado de tiza.
Acabó la pobre mujer manchada de blanco hasta las cejas y lo bueno es que ni se enteró. La carcajada fue general.
He sido una mala ingeniosa.
Abrazos azules.
Pues es una travesura casi provocada, creo que merece un diez. Si hubiera sido hoy habría fotos jeje. Tuviste una buena idea las cosas no se tocan. Abrazos
Eliminar¡Ah... pero hay otras que no recordaba mi madre! Cuando ya éramos cuatro hermanos, y yo la mayor, mi hermano el siguiente, más trasto que ninguno, y mis hermanas gemelas. Mi hermano era muy amigo de colecccionar artículos de broma, y entre ellos tenía un "pino" enroscado de madera, que parecía una (con perdón) mierda perfecta. Una de las gemelas, estaba griposa haciendo la siesta en la cama de mi madre y se la puse entre las sábanas cerca del culete. Al cabo de una hora o más, mi madre fue a darle algo caliente, y quiso levantarse. Mi madre al arreglarle la cama, la vió, la remiró, la recogió con cuidado con un papel, y solamente al presionar se dió cuenta de la dureza excesiva. Pero la llantera de mi hermana, diciendo que no se había dado cuenta, fue una epopeya que a todos -menos a ella- nos hizo reir.
ResponderEliminarJajajaja, cuatro hermanos eso es un disfrute y un montón de travesuras, una infancia divertida viendo lo que cuentas. Seguro que a tu hermana se le pasó la fiebre del susto. Genial. Un abrazo
EliminarAins, mi niña, de travesuras pienso que las realicé todas. Pero favorablemente, todas sanas a comparación de lo que hay ahora con los chiquillos.
ResponderEliminarBesos saltibrincando.
Éramos revoltosos pero sanotes, sin mala idea y nos divertiamos mucho, creo que hasta los mayores se reían a escondidas. Abrazos
EliminarHe hecho tantas , que no sabría decirte alguna.
ResponderEliminarYo dejé unas cuantas en mi comentario en negrita, porque pediros y no dar no está bien jeje, las travesuras demuestran las ganas de hacer cosas y la vitalidad.
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