Muñeca de trapo…

Yo tenía una muñeca de trapo, la llevaba de paseo, siempre iba conmigo hasta al médico me acompañaba y por las noches la sentaba en mi butaquita rosa a los pies de mi cama, tenia trenzas y un delantal, mofletes colorados y una sonrisa hermosa. No sé qué sé dónde fue a parar, ahora la recuerdo y quisiera ser como ella no sentir ni padecer cuando me quedo sola, sola y con miedo sentada en una silla sin poderme mover, me gustaría tener la sonrisa pintada y aquellos ojos de pepona con pestañas de cartón, no sentir ni padecer, pero tengo un rictus amargo los ojos morados y el cuerpo magullado. Quisiera ser una muñeca de trapo pero Dios me dio un corazón y el don de padecer.