Por iniciativa de Sindel, hoy 40 PÁJARO
Los hijos son como los pájaros, les enseñamos a volar y van y vuelven a la rama de
al lado, crecen y van y vienen al árbol
mas cercano, maduran y se van a otro bosque. Nos queda la satisfacción de haberlos
criado en la libertad.
Y cumplimos con la palabra 40, nos faltan dos docenas de rosas, digo de palabras para completar la convocatoria que tan bien ha mantenido Sindel.
Que frase más bonita, nunca la había leído.........raíces y alas
ResponderEliminarTu comentario, muy apropiado.
Me quedo pensando, en esta gran verdad.
Bss
Tu lo sabes bien, hay un bosque en Salamanca. Un abrazo grande
EliminarEster completamente de acuerdo contigo, y ¡ay¡ de aquel que no les de libertad lo cual no es tan facil, hay muchos pajarillos que tienen miedo y tienes el deber de empujarles si hace falta para que alcen el vuelo y hagan cabriolas en su vida.
ResponderEliminarBesos muy fuertes,
tRamos
Enseñar como es el mundo, explicar lo que hay fuera, instruir en la bondad y dejar que ellos vivan su vida (supervisados por si necesitan apoyo) Abrazos
EliminarDos magníficos regalos, que por fáciles son muy difíciles de enseñar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo me apoyo en mis recuerdos y las enseñanzas recibidas de mis padres. La historia se repite. Un abrazo
EliminarEso es asi, como una rueda.
EliminarBESOSSSSSSSSSSSSSSS
Ley de vida que se repite. Un abrazo
EliminarEn esas dos palabras está concentrado el pasado y el futuro. Besicos.
ResponderEliminarY eso es lo que somos el pasado donde poner los pies y el futuro al que llegamos con expectativas. Saltibrincos
EliminarHermosa comparación .Hacemos con tanto amor el nido y luego con tanto amor les enseñamos a volar llevándose una parte de nosotros. que hermoso amor ¡Qué desprendido!
ResponderEliminarMuy bellas tus palabras.
Besos
André
El mayor de todos los amores, el mas desprendido y el mas gratificante. Un abrazo
EliminarAsí debemos educar educar a los hijos, con la libertad de volar hacia las ramas que más les gusten y siempre acogiéndolos con amor si regresan.
ResponderEliminarUn beso
Hay que decírselo, que si quieren pueden volver su casa siempre sera su casa. Saltibrincos
EliminarUna imagen muy buena y el simil de los hijos con los pájaros, aún mejor. Te felicito, Ester.
ResponderEliminarGracias guapa, la imagen me la enviaron y los hijos todos sabemos que se van yendo, y aunque vuelven ya no es lo mismo. Abrazos
Eliminaralas y raíces en su justa medida. besos.
ResponderEliminarSi para compensar y propiciar la felicidad. Un abrazo
EliminarSiempre hay que tener un pie en la tierra para volver a la familia y los afectos, pero también tener la posibilidad de volar persiguiendo los sueños de cada uno.
ResponderEliminarMuy buena entrada, Ester. Con tan breves frases nos hacés reflexionar, todo un arte.
Besos.
La libertad de poder volver les permite volar , que siempre encuentren el camino de regreso. Abrazos
EliminarEster, que no tengo ni tiempo de pasar por tu blog con lo que me gusta!
ResponderEliminarMe encanta la frase inicial que no todos sabemos cumplir, ojalá tenga la inteligencia y la generosidad de saber hacerlo, (la de dejar volar).
Un abrazo! :))
No te preocupes y ven cuando puedas, tus visitas me gustan pero entiendo que estas muy ocupada,Un abrazo
EliminarLoa pájaros son el ejemplo perfecto de entrega y dedicación a la prole. Son el equivalente de esos padres humanos que se desviven al máximo por sus hijos.
ResponderEliminarMe gusta tu aporte, especialmente la frase del arbolito.
Un abrazo Esther, y muchas gracias por tus palabras en el mío :)
Gracias, mi blog no es un diario y muchas cosas son inventadas, pero mis comentarios de respuesta o cuando os visito siempre son ciertos. Abrazos
EliminarCuánta verdad hay en tus palabras, a veces cuesta dejarlos volar, pero es la ley de la vida, que abran sus alas y despeguen hacia su propio destino.
ResponderEliminarGracias por tus lindas palabras hacia mí, es un placer llevar esta propuesta.
Un beso enorme.
Gracias, se van y vuelven, las mías están siempre muy cerca pero no es lo mismo, su bosque ya tiene otros pajaritos. Un abrazo de corazón
EliminarMuy buena comparación. Los hijos vuelan; pero al final; aunque sea esporadicamente retornan al nido.
ResponderEliminarUn abrazo
Claro por eso hay que dejar claro el camino de vuelta y la puerta abierta. Un abrazo
Eliminaresta genial ! una vez leí,que la persona que no tiene familia , no tiene nada en la vida! y pienso que es verdad ! besosss
ResponderEliminarNo se si eso es así pero si te diré que mi mayor fortuna son mi familia. Un abrazo
EliminarA mí me costó un mar de lágrimas dejar que el mayor volara a otra rama, por mucho que fuera el mismo bosque, así que imagínate cuando encuentre ese bosque!
ResponderEliminarPero sí...es ley de vida.
Besos.
Ley de vida, y tienen que saber que siempre será su casa, que siempre podrán volver. Y nosotros aprender a ir al otro bosque. Abrazos
EliminarEster, comparto plenamente tu post...También mis hijos descubrieron la amplitud y belleza del bosque y volaron muy lejos...Hoy, tengo por unos días al de Australia en casa,todo un regalo, amiga...Después marchará de nuevo, porque espera una hija para navidad, que será otro regalo, pero que veremos por internet de momento...(sonrío)
ResponderEliminarMi gratitud y mi abrazo inmenso por compartir esta belleza y profundidad de post, Ester.
M.Jesús
Esas visitas son impagables, disfruta su estancia y llena tu corazón de momentos para poder recordarlos luego. Abrazos
EliminarNo tengo hijos pero estoy segura que mi mama piensa así, saludos
ResponderEliminarSeguro, todas las madres somos iguales. Un saltibrinco
EliminarEsa es una de esas frases de cabecera, que me acompañan en la crianza de mi hija. Y toda la razón llevas. Los hijos, no son de nuestra propiedad, solo los entregamos a la vida, y con lo que le entreguemos como padres, ellos se irán haciendo solitos, desplegando sus alas y valorando las raíces que son la base de la que deberán sostenerse. Muy buena reflexión!
ResponderEliminarBesos al vuelo!
Gaby*
Nadie es de nadie, lo has expuesto perfectamente. Saltos y brincos
EliminarYo soy muy celosa de mis pajaritos, y los echo de menos. Comprendo que han de vivir su vida. y cuando vuelven, siempre quisiera que se quedaram más tiempo. No lo puedo evitar. Una entrada muy especial Ester. Saludos también especiales.
ResponderEliminarLes queremos mucho y nos gustaría tenerlos bajo nuestras alas, pero ante la imposibilidad lo mejor es enseñarles a volar. Un abrazo
EliminarDe donde somos y donde queremos ir.
ResponderEliminarUn abrazo
Se de donde soy y se donde me voy a quedar, de momento me conformo. Abrazos
EliminarEs asi de cierto querida Ester. Muy acertadas tus palabras.
ResponderEliminarBesos.
Gracias guapa, Las madres lo entendemos así. Saltos y brincos
EliminarEstupenda entrada, Ester, a cuenta de las palabras de Sindel.
ResponderEliminarFelicidades y besos.
Sindel es una gran musa, nos inspira y nos anima. Gracias María
EliminarAsí es, después viene el síndrome del nido vacío, del que nadie nos libramos y que hay que superar.
ResponderEliminarMe queda un pájaro todavía, pero pronto volará y volveré a sentir el desgarro, se llevará en su pico un trocito de corazón que no pienso recuperar.
Hasta mañana Ester, azules sueños.
Se les quiere tanto que queremos que estén bajo nuestras alas y debemos prepararnos para cuando se alejan, recuerdo el primer año que mi hija pasó la nochevieja fuera de mi casa, de su ciudad, estuvimos colgadas del teléfono las dos llorando y dándonos ánimos. Y soy de las afortunadas, las tengo cerca muy cerca. Un abrazo enorme con alas para que te llegue rápido
EliminarHasta ahora se me da mejor regalarle raíces que alas...espero no sufrir demasiado cuando mis dos pájaros deban volar del nido
ResponderEliminar=(
Nos acostumbramos a sufrir poco a poco, su primer día de cole, su primera excursión a la granja, su primera noche en casa de los abuelos... Un abrazo
EliminarMuy bueno, Ester. Una comparación muy bien expresada. Los hijos vuelan del nido familiar y así es la vida.
ResponderEliminarBueno, hay algunos que se hacen los remolones y no abandonan el nido materno hasta bien creciditos, debido a las circunstancias.
Un abrazo.
Es verdad que ahora algunos no vuelan, y es que han descubierto que como el nido materno no hay otro. Un abrazo
EliminarHola Ester. Pues ahora en los tiempos que corren y desgraciadamente muchos hijos/as que volaron, la crisis les ha devuelto a la casa de los padres. Incluso con sus propios hijos.
ResponderEliminarLo suyo es que vuelen aunque de vez en cuando vuelvan a la casa de los padres.
Muy bonitos los dos regalos que hacéis las madres a los hijos.
Saludos y un abrazo
Es verdad que algunos tienen que regresar, siempre bien recibidos y sin coartarles su independencia. El cariño de los padres es infinito. Abrazos Isa
EliminarEsa es la misión que tenemos encomendada los padres. Es duro admitirlo pero nuestros hijos no nos pertenecen. Estamos obligados a enseñarlos en y para la libertad. Han de emprender su vuelo y no podemos poner plomo en sus alas, sino, al contrario, potenciar el hecho de que puedan volar lo más alto y velozmente como les sea posible.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Y nosotros sentirnos satisfechos de verlos volar con seguridad. Un abrazo
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