De los
retratos de Miguel de Cervantes hay dudas y alguna seguridad, pero el mejor
retrato lo hace el propio Cervantes en el prólogo de sus Novelas ejemplares
donde se describe físicamente, de
rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada, de alegres
ojos y de nariz corva, aunque bien proporcionada; las barbas de plata, que no
ha veinte años que fueron de oro, los bigotes grandes, la boca pequeña, los
dientes ni menudos ni crecidos, porque no tiene sino seis, y ésos mal
acondicionados y peor puestos, porque no tienen correspondencia los unos con
los otros; el cuerpo entre dos extremos, ni grande ni pequeño, la color viva,
antes blanca que morena; algo cargado de espaldas y no muy ligero de pies.
Confesó también que padecía problema de tartamudez: "será forzoso valerme por mi pico, que,
aunque tartamudo, no lo seré para decir verdades".
Y sobre su carácter que él no dice nada, un análisis
grafológico de los doce autógrafos conocidos a día de hoy del autor del Quijote
(reunidos ahora en una edición facsimilar). Revela que era un
hombre apasionado, inteligente, impulsivo, con gran agilidad mental y poco
amante de las rutinas.
Fue soldado muchos años, y cinco y medio cautivo, donde
aprendió a tener paciencia en las adversidades. Perdió en la batalla naval
de Lepanto la movilidad de la mano izquierda de un arcabuzazo, herida que,
aunque fea, él la tenía por hermosa, por haberla cobrado en la más memorable y
alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros.
Rodrigo de Cervantes y Leonor de Cortinas, padres de 6
hijos siendo el cuarto de todos, Miguel que además de en la milicia se formó
especialmente con el humanista Juan López de Hoyos en Madrid.
Contrajo matrimonio con Catalina de Salazar y Palacios, una
mujer culta, natural de Esquivias (Toledo). Anterior al matrimonio mantuvo
relaciones con una tabernera, llamada Ana de Villafranca, y fruto de las
relaciones nacería su hija Isabel de Saavedra, a la que Cervantes tardaría
muchos años en reconocer como tal y en darle su segundo apellido, su hermana
fue quien le convenció.
Disculpas por la extensión