Lo hemos recomendado, nos lo han recetado, hay que saber si
lo estamos haciendo bien, si seguimos adelante, sin pararnos, si nos vamos
preguntando qué puede ocurrir si cambiamos de rumbo la respuesta puede estar en
ti mismo, si te resulta gratificante, si estás aprendiendo, si te superas…
Avancemos el pensamiento viendo el futuro y respondamos a las preguntas ¿Cómo
me sentiré cuando pasen unos años? ¿Es necesario hacer el camino?, casi seguro
que nos respondemos que vamos en la buena dirección, que nuestro instinto no
nos falla.
Esto es tener seguridad en uno mismo.
Podemos tener miedo de elegir el camino equivocado, pensemos
que el miedo es un factor que puede estar impidiéndole tomar su decisión
final, y que podemos recurrir a las opiniones de amigos y ese truco de
película, tener un plan B puede sernos útil, no tanto para usarlo como por la
confianza que nos da y siempre aceptar que la responsabilidad final es
nuestra.
Esto es planificación
Si el hombre desea
conocer el verdadero propósito de la vida, debe vivir por algo que sea superior
a sí mismo, y escuchar la voz del Salvador, diciendo: “Yo soy el camino, y la
verdad, y la vida…” (Juan 14:6)